domingo, 20 de enero de 2019

El crimen de Almonte (XV): La novelista entre el centeno

Rocío Castrillo ha escrito una novela sobre el crimen de Almonte. Dice ser escritora y periodista,  y también tiene su blog, donde además de ofrecer “servicios editoriales”, escribe últimamente sobre el caso. Para fundamentar su proceso creativo acudió a las sesiones del juicio contra Francisco Javier Medina, y parece que la cercanía con la acusación provocó que sus opiniones e hipótesis sobre el caso sean indistinguibles de las de esta. Algo, por otra parte, perfectamente legítimo.

No voy a publicar fotos de jurados, porque no lo encuentro oportuno. Pueden ver las que publicó Rocío en su blog:

https://elblogderociocastrillo.blogspot.com/


No sé si los comentarios sobre el jurado durmiente son obra única de Rocío Castrillo, o bien le llegaron sugeridos por alguien y ella se limitó a darles publicidad en su blog. Yo sospecho esto último, que le pasaron las capturas y la interpretación, y que ella se limitó a publicarlas, lo que me parece una irresponsabilidad. Podría equivocarme claro, y le podrían haber pasado las cintas en bruto, y ella habría extraído esas imágenes dándoles su propia interpretación. En este caso sería algo más que irresponsable. Bastante más.

Dice que algunos miembros del jurado dormitaban durante las sesiones del juicio, y nos pone como ejemplo imágenes de las sesiones en las que hablaban los forenses y en las que se exponía la prueba de ADN. Se nos muestra una imagen general, en la que se borran las caras del resto de jurados (de forma chapucera e incompleta) y se deja el rostro del jurado al que se refiere, algo sorprendente y no sé si delictivo. En una segunda imagen se nos muestra a dicho jurado más de cerca, en lo que la señora Castrillo interpreta como dormitar.

En realidad no sería especialmente grave que a lo largo de un juicio de un mes un jurado, o una periodista-escritora, o un abogado, o incluso un Juez, dieran alguna cabezada. Pasa en muchos juicios, y en este en concreto varios testigos afirman haberlo visto entre el público, precisamente a una periodista-escritora. Pero vamos a ver si esto ocurrió con el jurado al que se refieren.

PRIMERO

Las primeras imágenes corresponden a la sesión del juicio del 21 de septiembre de 2019, durante la exposición de los forenses. Fue una sesión muy especial, con la sala casi vacía, en la que se iban a mostrar imágenes de la inspección ocular y de las autopsias. Muchos jurados estaban incómodos, mirando a la pantalla a veces y apartando la vista en otras, ante lo desagradable de lo que estaban viendo. La imagen que se nos muestra corresponde aproximadamente a las 12:01:55 horas de ese 21 de septiembre, y se pretende que su postura adelantada, con la cabeza agachada, significa que el jurado estaba dormido. Lo cierto es que ese jurado en concreto adoptó esa postura para tomar notas en muchísimas ocasiones durante el juicio.

Durante la misma sesión se puede ver claramente como a las 11:50:00 ese jurado adopta la misma postura y toma notas durante unos 45 segundos. Se puede observar en varias ocasiones el movimiento del brazo derecho, y un par de cambios de postura de la cabeza, indicando que estaba escribiendo.
Poco después, el jurado está atento a la explicación sobre las heridas de la niña, pero en cuento el forense menciona “el cuello”, a las 11:54:14,  el jurado aparte la vista de inmediato y se pone en la misma posición que antes, mirando hacia abajo, pero en esta ocasión no se aprecia escritura. A las 11:54:30 levanta la cabeza, pero no mira ni las fotos ni al forense, mira al púbico, al acusado, a los abogados, en lo que parece un intento de evitar las imágenes desagradables. (Hay dos jurados que no miraron ni una vez hacia la pantalla)

A las 11:54:38 mira hacia donde está el forense exponiendo, e inmediatamente, en un segundo, vuelve a apartar la vista, mirando en dirección opuesta, hacia el público o hacia el fondo de la sala. Pocos segundos más tarde vuelve a hacer un nuevo intento de ver las fotos, pero fracasa de nuevo, apartando la mirada de inmediato y agachando la cabeza. En cuanto el forense dice “vale” y se pone a explicar las heridas en otro lugar distinto a la garganta, el jurado vuelve a mirar con atención.

Con estos antecedentes, llegamos al momento clave. Durante varios minutos el jurado ha estado atento a las explicaciones y a las fotos, cambiando de postura incluso para lograr mejor visión por entre sus compañeros. A las 12:01:23 el forense dice “comenzamos con las conclusiones”, e inmediatamente el jurado agacha la cabeza y se pone a escribir, como se puede observar perfectamente en varias ocasiones por los movimientos del brazo, y por como levanta la cabeza una vez para mirar a quien habla, volviendo de nuevo a la toma de notas. Se pueden ver claramente movimientos que indican que está escribiendo.

Sigue tomando notas hasta las 12:02:12, cuando parece tocarse los ojos y vuelve a levantar la cabeza Posteriormente, a las 12:03:05 vuelve a ponerse en la misma postura y toma notas… así durante todo el juicio. Hay que tener muy mala fe para sacar una fotografía de unos de los momentos en que estaba escribiendo y decir que estaba dormido. En ningún momento se puede observar el típico cabeceo de las personas que se están durmiendo, no hay ni el menor rastro. Antes y después del momento en que se nos dice que estaba durmiendo, lo podemos ver atento a la exposición o tomando notas. Eso es todo.

SEGUNDO

En segundo caso es muy similar. Se nos presentan unas fotografías del día 26 de septiembre, a las 12:23:29. El contexto es similar, con el testigo atento y tomando notas de vez en cuando, como por ejemplo, a las 12:09:31. No creo que haga falta un estudio detallado como en el caso anterior.

A las 12:23:13 el testigo se pone a tomar notas, porque una perito está hablando sobre un elemento crítico del caso, el ADN desconocido hallado en la alfombrilla del baño. Se puede ver de forma mucho más clara que en el caso anterior como está escribiendo, y lo sigue haciendo en el momento en que estaría durmiendo, según Rocío Castrillo, y bastantes segundos después, con evidentes movimientos de brazo derecho y cabeza. Del tipo escritura, no del cabeceo de alguien que se está durmiendo.

Yo no sé si la autora ha visto los vídeos o se ha limitado a poner lo que le han contado. Si los ha visto, que lo dudo, debería decirnos si se ha fijado en todos estos detalles. Si no los ha visto, tal vez debería pedirle a quien le ha pasado las capturas que se los muestre, y que después haga honor a la profesionalidad que dice tener y cuente en su blog su nueva opinión.

Por ejemplo, ella misma se pasa gran parte de uno de los vídeos con la cabeza agachada. No costaría nada extraer decenas de imágenes en esa postura y afirmar que estaba dormida, o dormitando, como dice. No lo haré, porque parece evidente al ver el vídeo que está tomando notas, y que continuamente está mirando al frente y agachando la cabeza para escribir, no para dormitar, al menos en este vídeo.

Sería muy poco riguroso y propio de quien tiene mala fe hacer algo así, aunque se podría hacer con exactamente el mismo fundamento con el que ella afirma ver a un jurado durmiendo.

INSULTOS Y AMENAZAS

En cuanto a los comentarios y amenazas en su blog con nombres y apellidos de personas, el tema me supera. Al poco de comenzar a tratar este caso en mi blog, comenzaron los insultos contra mi persona. Los borraba, sin darles más importancia, hasta que un día me avisaron de que alguien había escrito amenazas de muerte contra Medina. Un familiar de este fue a denunciar y contactó conmigo para pedir información. Yo le dije que le ofreciera a la Guardia Civil mi ayuda para encontrar al autor, y decidí dejar los comentarios amenazantes por si les hacían falta, contando con que contactarían conmigo en unas horas. Inocente de mí.

Cuando comprobé que nadie me contactaba, los borré, e inmediatamente puse los comentarios en formato revisión, que significa que no se publica ninguno sin mi aprobación. Me han llegado decenas de amenazas de muerte, incontables insultos contra mí, y muchos contra personas que apoyaban a  Medina. También insultos, amenazas y acusaciones contra familiares de las víctimas, o mensajes de gente que pretendía ser alguno de ellos. Ni uno solo ha sido publicado en el blog. Es muy fácil.

Desconozco la razón por la que Rocío Castrillo no activó la opción de moderar comentarios en cuanto comenzaron a aparecer los insultos y amenazas. Al parecer, alguien está publicando en su blog comentarios con el nombre de otras personas (Nando Fernández, Alfonso Figueroa, Ana Viera,…) y se alternan publicaciones reales de esas personas con insultos o amenazas que parece evidente que son falsos, o con insultos y amenazas dirigidos hacia esas personas.

Algunos de los afectados se dirigieron inicialmente a ella para solicitarle que quitara esos mensajes, algo que me asombra hasta el límite. Deberían haberse dirigido a ella para EXIGIRLE que los quitara y no permitiera que aparecieran otros nuevos, porque es responsabilidad suya que salgan, sobre todo cuando tiene la opción de moderar comentarios. 

A mí me da igual (¡y después todavía tienen algunos la jeta de echarme en cara que siga escribiendo con un pseudónimo!), pero para las personas a las que se está difamando, o que se pretende que están difamando ellas, es algo realmente grave. Cualquiera puede crear una cuenta con el nombre de otra persona y entrar en un blog y poner las barbaridades que se le ocurran. Para eso está la moderación de comentarios, y si no se usa, a lo mejor es que no se quiere usar. Ahora dice que no puede borrarlos, supuestamente se lo habrán pedido quienes están investigando el tema. 

Pero eso no puede ser, porque deja a las víctimas indefensas. ¿Deben estas esperar durante meses a que acabe la investigación para que borren mensajes insultantes contra ellos o mensajes en su nombre amenazando a otros? Supongamos que alguien escribe en mi blog un mensaje amenazante contra Rocío Castrillo, o con su nombre amenazándome a mí, por ejemplo, y que yo lo publico y después denunció el hecho a las autoridades. ¿Tendría que permanecer publicado dicho mensaje mientras se investiga? No creo que fuera razonable.

SI Rocío ha recibido amenazas graves ha hecho bien en denunciarlas, y esperemos que se atrape al responsable o responsables. Tampoco voy a poner en duda su derecho a escribir una novela sobre el caso, con la hipótesis que ella quiera mantener, aunque tengo dudas de cómo podrá hacerlo. Lo que si le pediría es un poco de rigor a la hora de tratar los temas, como el del jurado durmiente, y que nos explique el tema de los comentarios y por qué no activó la moderación en cuento empezó a recibirlos. 

Tal vez tenga una explicación razonable.