domingo, 2 de enero de 2022

El crimen de Almonte (XXI): Ocultación indirecta

 INTRODUCCIÓN

La emisora de noticias, solo las interesadas, que transmite desde el entorno de la supuesta nueva investigación sobre el doble crimen, nos ha informado recientemente de una serie de detalles. Al parecer, un familiar de las víctimas (¿quién será), encontró hace tiempo una prenda ensangrentada bajo un armario de la habitación de la niña. Además, nos comunican que el Instituto Nacional de Toxicología ha accedido, tras insistentes ruegos, a efectuar más análisis sobre un elemento ya analizado, la manta que cubría el cuerpo de la pequeña.

De la exigua información se deduce que han seleccionado algunos lugares interesantes para su análisis, seguramente zonas de la manta que reaccionan a la luz forense, y sobre ellos se van a efectuar pruebas en busca de rastros genéticos. Sale en prensa que ahora pretenden que el incansable perito Juan Hellín le diga a Toxicología lo que se debe analizar, y por donde tienen que empezar. Vale. 

En espera de los resultados de dichos análisis, hay que plantear una serie de cuestiones.


ESTO LO VES, ESTO NO LO VES

Se puede dudar de forma legítima de que si los resultados de las pruebas no son los que se buscan nos vayamos a enterar, de forma provisional o incluso definitiva. Podría ser que decidieran no hacer públicos esos resultados durante meses o años, en espera de encontrar nuevas vías para insistir en su pretensión, o simplemente dejando correr el tiempo. 

Y no, no es una simple sospecha sin fundamento, porque esa falta de noticias ya ha ocurrido y sigue ocurriendo en este caso, y ni siquiera me referiré al tema de la chaqueta bajo el armario. Por ejemplo, ocurrió con el informe del segundo equipo de la UCO (del que se comentará algo un poco más adelante), que estuvo varios meses en el juzgado sin que nadie, excepto el grupo que controla el caso (Juez, Fiscal, Acusación), conocieran su contenido, ni siquiera que había sido entregado.

Tuvo que ser la propia UCO la que filtrara algunos contenidos de dicho informe a una de sus periodistas de cabecera, y una vez hecho público, se filtraran a su vez, por parte de alguno de los actores que tienen acceso en el juzgado a dicho informe, a sus propios terminales mediáticos. No sabemos la razón por la que la UCO decidió destapar el asunto, ya que ellos tienen su propia agenda, y manejan a los periodistas afines a su antojo, pero se puede plantear la duda de cuántos meses más, o años, tendríamos que haber esperado para saber que ese informe estaba en el juzgado.

¿Y que hay de la pieza separada del famoso cuchillo hallado en una alcantarilla? Ese asunto también aparecía cada dos por tres en los medios amigos, y de repente, silencio. Llevamos ya casi dos años sin noticias de esa pieza separada. ¿Ha avanzado la investigación? ¿Está inactiva pero sigue abierta? ¿Se ha cerrado? No se sabe nada, no han dicho nada. Silencio. De nuevo tan solo los miembros del grupo que maneja la causa saben el estado de ese tema.

Hay un tercer caso, que además demuestra hasta que punto es imprescindible para la salud de una investigación que no todos los actores compartan el mismo objetivo, como ocurre ahora. Ya me he referido a este incidente en un anterior escrito, pero vuelvo con el porque revela perfectamente lo que ha ocurrido y sigue ocurriendo.

Desde una de las acusaciones se contrató a Luis Frontela, famoso y polémico forense, para que realizara un informe, y se solicitó autorización para ello y para acceso a documentación, en noviembre de 2013. En diciembre del mismo año la Juez autoriza el levantamiento parcial del secreto sumarial para proporcionar a Frontela determinados informes y actuaciones, a fin de poder efectuar su pericia.

Más de un año después, en enero de 2015, la representación legal de Medina, extrañada por no haber sabido nada más de dicho informe, solicita a la Juez que pregunte si se ha renunciado a la pericia, o se aclare el estado del encargo. Poco después tienen que insistir, porque desde la acusación no dan respuesta a tan razonable solicitud de información. 

No es hasta mediados de febrero que la acusación entrega por fin el informe de Frontela, ¡fechado el 10 de julio de 2014!. Es decir, la acusación se guardó un informe pericial durante nada menos que 7 meses, y tan solo lo entregó en el juzgado cuando no le quedó más remedio. Al parecer, Juez y Fiscal no repararon en que un informe, para el que se había tenido incluso que levantar el secreto del sumario, no había sido entregado.

Todo indica que el informe estaba prácticamente terminado cuando se detuvo a Medina, y que a la acusación no le gustó mucho el rumbo que había tomado, y dejaron de colaborar con Frontela. Este, sorprendido por el poco interés del abogado para conseguirle determinados datos e información, entregó su informe y dio por cumplido su cometido.

El problema es que dicho informe no apuntaba hacia la persona detenida, así que la acusación decidió guardarlo en un cajón, con la esperanza de que se olvidara, y encargar nuevos informes a medida a un nuevo perito, Juan Hellín. Aunque el primer informe de este parece sugerir que le costó comprender lo que esperaban sus pagadores, los siguientes informes demuestran que lo acabó entendiendo a la perfección. 

Como información complementaria, indicar que Frontela proponía en su informe la realización de un estudio psicológico-psiquiátrico de posibles sospechosos. Pues los abogados de Medina propusieron que el propio Frontela, perito de la acusación, entrevistara y efectuara dicho estudio sobre Francisco Javier Medina, sin restricciones ni reservas, con la extensión y las pruebas que el perito dictaminara, y comprometiéndose a ACEPTAR LOS RESULTADOS DE CUALQUIER CLASE que dicha pericia pudiera deparar. Para aumentar la apuesta, propusieron hacerse ellos cargo de la minuta si la acusación no quería hacerlo. De forma sorprendente, o no tanto, no se aceptó la propuesta. Deberían ser la acusación, Juez y Fiscal quienes explicaran la razón por la que no se aceptó un ofrecimiento tan extraordinario y sin precedentes.


Tras este breve, y espero que interesante excurso, señalar lo evidente, por si a alguien le ha pasado desapercibido: Si no hubiera sido por la defensa de Medina, nada menos que un informe pericial habría dormido indefinidamente en algún cajón. Juez y Fiscal, que deberían estar pendientes de estos asuntos, parece que se despistaron, bien por estar tan concentrados en otras cosas que no repararon en ello, o por otros motivos que desconocemos.

No es un caso aislado, son tres casos, tres. En dos ocasiones han sido elementos ajenos los que han decidido hacerlos públicos por su cuenta (UCO), o han conseguido que se presenten (abogados). El tercero todavía está por desvelar. Y puede que haya otros de los que no sepamos nada...

Así que si a alguien le parece atrevido suponer que si los resultados de las distintas diligencias actuales no son los que ellos desean, dichos resultados, o incluso la existencia de las mismas diligencias, sean ocultados y nadie sepa de ellos durante mucho, mucho tiempo, que recuerde el caso del informe de la UCO, el caso del cuchillo, y el informe Frontela.

Antes de continuar, voy a referirme brevemente al informe del nuevo equipo de la UCO que repasó el caso.


LA UCO Y LA UCO

Sobre ese informe se guardó silencio y secreto durante varios meses, hasta que la misma UCO decidió romper ese silencio por motivos que desconocemos. Ellos van a su ritmo, alimentando o silenciando a sus terminales mediáticas, según consideren. Por cierto, ¿de verdad son necesarios periodistas que se limitan a reproducir lo que les dicen de forma acrítica y sin el más mínimo contraste? Para eso serviría un portavoz, aunque claro, sería renunciar a la pretensión de que un “periodista” está dando “información” u “opinión propia”.

Del informe tan solo nos han llegado breves extractos, los que han decidido la UCO y la acusación que podemos conocer, y nos dicen que ese informe valida la primera investigación, y que afirman prácticamente lo mismo que aquella. Bueno, si así es, ¿por qué se ocultó su existencia durante meses? Tal vez en dicho informe había algunas cosas que no interesaba que se supiera, como la herida en el hombro de Miguel Ángel, y como tenían perfectamente controlado el acceso, creían que el secreto estaba garantizado. Y así era hasta que la UCO decidió acabar con dicho secreto.

Lo cierto es que en lo poco (casi nada) que sabemos de dicho informe, ya hay elementos que desmienten la pretensión de que ambos equipos opinan lo mismo. De hecho, opinan algo radicalmente distinto sobre uno de los elementos clave del crimen, su naturaleza.

Recordemos que el primer equipo de la UCO (seguido por Fiscal, Acusación y  Juez) insistió mucho en el carácter pasional del crimen. Pese a que nadie parece recordarlo ahora, los investigadores de la UCO declararon en el juicio que se trataba de un crimen pasional, por celos, y que la niña había sido una víctima colateral. El crimen habría sido cometido por el deseo de quitar de en medio definitivamente a Miguel Ángel.

Pero llega el nuevo equipo y dice que no, que el motivo podría ser la venganza o la ira que el asesino tenía contra padre e hija, ambos. Es decir, cuando unos dicen celos otros dicen odio, cuando unos hablan de víctima colateral, otros refieren que la niña era también un objetivo. ¿Estos son los que dicen lo mismo? Yo creo que no. Puede tener razón uno u otro equipo o estar equivocados los dos, lo que no pueden es estar en lo cierto los dos.

Por otra parte, y para terminar con este tema (la poca información no da para más), aclarar que lo que dice el nuevo equipo de la UCO no es que esté de acuerdo con el anterior. Dice, según nos citan textualmente:

no se han obtenido datos objetivos suficientes que permitan motivar la apertura de una nueva línea de investigación o profundizar en las descartadas anteriormente

Hablan de datos objetivos “suficientes”, lo que da a entender que hay datos objetivos que podrían motivar una nueva línea o recuperar las descartadas, pero que no son suficientes. Si no existieran dichos datos objetivos, no haría falta introducir el término “suficientes”

Se nos informa que dicen que sus pesquisas no permiten descartar ni contradecir las conclusiones a las que llegó el anterior equipo de investigación

De nuevo, no tienen evidencia para contradecirlos, pero eso no es lo mismo que decir que estén de acuerdo o que opinen como ellos.

Si el nuevo equipo de la UCO estaba de acuerdo con el primero, ¿por qué no lo dijeron? Era bien fácil: Compartimos las conclusiones del otro equipo. O bien:  hemos llegado a las mismas conclusiones que el otro equipo, o algo similar. 

Lo cierto es que así cubren todos los flancos. Siempre se puede interpretar, como han hecho muchos, que están de acuerdo con sus compañeros, pero si algún día se procesa a otra persona, podrían decir que en realidad no afirmaron que compartieran diagnóstico.


INTERÉS Y ENEMISTAD

La anomalía de lo que ocurre con este caso es bastante evidente. Todos los actores que están personados comparten objetivo. Era de esperar que la acusación particular actuara como está actuando, al menos ellos se gastan su dinero, pero también es de suponer que Juez y Fiscal de una causa no tengan ningún interés personal en ella, y sobre esto se pueden plantear una serie de dudas justificadas.

En primer lugar, hay un evidente interés reputacional, ya que el resultado del juicio puso en duda la efectividad del trabajo de Juez de Instrucción y Fiscal (no utilizo el plural al referirme al Fiscal, porque creo que en este caso son equivalentes plural y singular), y todos, y eso incluye a los servidores públicos de alto rango, deseamos reivindicar nuestro trabajo y demostrar que no nos hemos equivocado. Ese interés reputacional puede ser en ocasiones más intenso y tener más influencia que otro tipo de intereses más tradicionales, y en mi opinión debería haber hecho que ambos, Juez y Fiscal, se abstuvieran en este asunto. No tienen obligación legal de hacerlo, hay que dejarlo bien claro, pero creo que ese tipo de interés arroja una sombra innecesaria sobre todo lo que se está haciendo. Pero hay más.

Parece evidente que ni Juez ni Fiscal tenían ninguna enemistad personal, ni manifiesta ni de ningún tipo, contra Medina cuando este fue detenido, encarcelado y procesado. Pero se pueden plantear dudas de que esto siga siendo así actualmente. Una vez absuelto, y confirmada la absolución por el Tribunal Supremo, Medina se convierte en un símbolo de su fracaso profesional, y además tuvo el atrevimiento de intentar presentarse en el caso para tratar de que se investigara.

Y eso ya fue demasiado, que una cosa es el resultado de un juicio, siempre azaroso, y otra que la imagen de su fracaso les esté solicitando precisamente a ellos (no ocurriría si se hubieran apartado) que se investigue en dirección contraria a la que ellos siguieron, que demuestren ellos mismos su propio error. 

Las consideraciones que hacen Juez y Fiscal sobre la pretensión de Medina de presentarse como acusación en este caso son absolutamente intolerables, y muestran, en mi opinión, una enemistad manifiesta y evidente contra una persona inocente, absuelta definitivamente, que no está investigada (al menos oficial y legalmente) en la causa, y que se limitó a presentar una petición perfectamente legal.

Esa inadmisibles consideraciones sobre las intenciones de Medina al presentar dicha petición son una prueba clara y palmaria de enemistad, porque además son innecesarias para el rechazo a la pretensión de personación, y el tema se podría haber resuelto, en el sentido que fuera, manifestando únicamente consideraciones de tipo jurídico.

Interés reputacional y enemistad. Cada uno de estos elementos por separado debería haber provocado la abstención de Juez y Fiscal. Ambos juntos la habrían convertido en ineludible. No se los puede obligar y han decidido no hacerlo. Ellos sabrán los motivos y hacía donde conduce esa decisión. Se puede alegar que en realidad esa enemistad no es relevante, porque no se está investigando a Medina. Bueno, veremos más adelante que no todos opinan así.

Algunas personas encuentran extraña toda la situación, y sospechan que tal vez estén planeando abstenerse en algún momento futuro, una vez esté el caso en determinado punto, pero yo encuentro ese movimiento dudoso, porque no se puede reparar el vaso que se ha roto, o si se puede, quedan demasiadas señales de la rotura. Otros hacen notar que mientras ellos estén al cargo, ningún otro Juez o Fiscal meterá las narices en el caso y lo que se ha hecho o no hecho, algo que no admite discusión.

Ante los argumentos a favor de que debieron apartarse de la causa, se suele responder con consideraciones del tipo: “Es que quieren quitárselos de encima porque…”, o “No los quieren porque ya dejaron claro cual era el resultado de su trabajo”, o “Es que siguen investigando, y van a encontrar pruebas contra el asesino, y por eso no los quieren”

Ya, son opiniones respetables, pero la cuestión clave es si la naturaleza de este caso es tal que tan solo esas personas son capaces de descubrir la verdad y llevarlo a buen término. ¿No pueden otro Juez y Fiscal investigar correctamente y descubrir al asesino?

Si la respuesta es que NO, que solo ellos pueden hacerlo, debería explicarse eso cuidadosamente y con detalle, para que lo entendamos todos. Si la respuesta es que SI, que otro Juez y Fiscal pueden investigar propiamente este caso, entonces, teniendo en cuenta las legítimas dudas sobre su idoneidad, debería explicarse la razón por la que no se apartaron y dejaron el caso en manos de otros servidores públicos, seguramente tan inteligentes, trabajadores y deseosos de hallar la verdad como ellos. 

¿O es que la justicia solo puede ser servida por los mismos que sufrieron un revolcón judicial? En cualquier caso, el hecho indiscutible es que la causa lleva más de 8 años en el mismo lugar, controlado y dirigido por las mismas personas, y a salvo de miradas ajenas. 

Pero hay todavía más. Mucho más.

LOS INDIRECTOS

Lo de Jose Ignacio Bidón es ciertamente asombroso. En declaraciones a un medio refiriéndose a Medina, afirmó de forma textual:  la instrucción no es directamente contra él, pero indirectamente si.

Esto es algo muy grave y alarmante, porque Bidón parece estar afirmando que se está instruyendo de forma irregular. No dice que sus peticiones o actos vayan en determinado sentido, algo que todos dan por entendido, sino que es la propia instrucción, responsabilidad de la Juez, y controlada por el Fiscal, la que se está efectuando de forma indirecta contra una persona ya juzgada.

Desconozco si lo que dice Bidón es verdad, porque lo que se habla dentro del círculo cerrado que forman Juez, Fiscal y Acusación, tan solo lo saben ellos. Pero hay algo indiscutible, y es que la Juez de Instrucción no ha obligado al abogado de la acusación a desmentir o clarificar de forma tan pública como las declaraciones originales. No sabemos si porque está de acuerdo con Bidón, espero que no, o porque no lo considera necesario. Si es este último el caso, creo que se ha equivocado gravemente, porque esas declaraciones públicas, que le achacan estar haciendo algo muy irregular, deberían haberse retirado o aclarado. Unidas a otras circunstancias que acabamos de tratar, forman un conjunto más que inquietante, y la posible enemistad se ve ahora bajo una nueva luz.

El caso es que si esa instrucción indirecta existe, y  repito que espero que no sea así, tendría serias implicaciones. No solo se estaría instruyendo contra una persona contra la que no se puede instruir, es que además, se estaría privando a esa persona de todas las garantías que ofrece la ley a las personas contra las que se instruye directamente

Que los lectores se hagan el siguiente planteamiento: ¿Cómo se podrían defender si se diese el caso de que algunos servidores públicos actuaran contra ellos de forma indirecta? Que se sepa, no está contemplado en nuestro ordenamiento jurídico quejarse, recusar o reclamar de forma indirecta.


HISTORIA DE LA MANTA

Sobre la famosa manta, que va a ser analizada por el Instituto Nacional de Toxicología hay que comentar unas cuantas cosas, para que se sepa de que va el asunto. En primer lugar, y tiene que quedar claro desde el principio, es que dicha manta ya ha sido analizada en busca de ADN, sin encontrar más rastros genéticos que los de padre de hija. En total 21 muestras, tanto recortes completos como hisopos pasados por varias zonas, sin ningún rastro ajeno.

Y ahora pretenden que un nuevo análisis, varios años después, haga aflorar rastros de otra persona. Bueno, más bien de una persona en concreto, los demás no creo que les interesen. No es un deseo tan excéntrico como pudiera parecer, porque ya hay un precedente, el de las toallas. Resulta que tres toallas que fueron analizadas por el Laboratorio de Criminalística de la Guardia Civil sin encontrar rastros ajenos a la familia, y que fueron devueltas al Juzgado, dieron el resultado que todos sabemos cuando desde allí fueron remitidas al Instituto Nacional de Toxicología, donde fueron a su vez analizadas.

Si de nuevo un elemento del que inicialmente no se ha obtenido nada interesante ofrece otros resultados tras pasar por ese lugar, me temo que el Juzgado de la Palma del Condado puede convertirse en el Lourdes de los investigadores, fiscales y jueces de toda España, y que los inunden con envíos de evidencias a ver si el misterioso influjo del lugar hace aflorar nuevos resultados en sus piezas de convicción.

En cuanto a la chaqueta manchada de sangre encontrada bajo un armario por un familiar de las víctimas y que parece ser está siendo analizado por la Guardia Civil, no creo que merezca mucho comentario, más allá de explicar lo que parece haber ocurrido con ella, aunque incluso en ese tema hay cierto misterio.

Tengo que reconocer que yo estaba un tanto confundido cuando se habló por primera vez de un nuevo análisis de la manta. Suponía que dicha manta se había analizado por el Instituto Nacional de Toxicología y que allí se había quedado depositada, y que simplemente se les solicitaba que efectuaran un análisis sobre un elemento que tenían en su poder y ya habían analizado. 

Lo que me llevó a error fueron los comentarios que se hicieron cuando se planteaba que fuera el forense Etxeberria el que al analizara, y que decían que dicha manta se le podría enviar directamente al perito desde Toxicología, o que este podría realizar sus análisis en las instalaciones de ese organismo.

El hecho de que la manta hubiera estado en todo momento bajo la custodia del Instituto Nacional de Toxicología era en cierto modo una garantía de integridad. Pero una vez comprobado, me he llevado un chasco, porque la prenda no ha estado bajo el control de Toxicología. Vamos a ver sus peripecias.

La manta apareció, como ya se ha dicho muchas veces, cubriendo el cuerpo de la pequeña, y la chaqueta con sangre, que era parte del uniforme del colegio de la niña, en el suelo, junto a la cama, mezclada con otras prendas.

En primer lugar, hay un problema con la situación exacta de la manta, porque antes de tomarse la primera fotografía, sobre la que Hellín hace ahora varias suposiciones, fue manipulada o movida por al menos dos personas. Desconozco si el perito que hace conjeturas sobre las manchas que ha visto en una fotografía ha tenido en cuenta esas manipulaciones previas.

Después, que no se crea que cuando se retiró la manta se recogió y guardó cuidadosamente para su posterior análisis. Simplemente se dejó en el suelo, en medio de la habitación. Posiblemente allí mismo, el 30 de abril, se le recortó un trozo grande, ensangrentado, para su análisis inicial. El resto de la manta se dejó por allí tirada, literalmente, en el suelo, entre la cama y el armario, pegada a la pared. A partir de ese momento, las dos partes de la manta formarán dos evidencias distintas, a las que llamaremos “trozo ensangrentado” (recorte) y “manta” (el resto), aunque esta última también está manchada de sangre.

La chaqueta azul, por su parte, apareció inicialmente en el suelo, pegada a  una esquina de la cama, tapada ligeramente por la colcha de esta. La chaqueta ni siquiera se recogió como muestra, y se puede ver en las fotos como se va desplazando de lugar, seguramente por movimientos inadvertidos de los investigadores, o simplemente porque les molestaba para otras cosas y la iban apartando. Se fue acercando progresivamente al armario.

Varios días después, el 9 de mayo, allí seguían la manta y la chaqueta, apartadas en la esquina. Ya se puede apreciar que una parte de la chaqueta está bajo el armario, donde acabaría por completo. La manta también podría haber acabado allí, pero era demasiado grande, y además, a ella sí decidieron someterla a análisis. Finalmente la recogieron y la enviaron al Laboratorio de Criminalística de la Guardia Civil.

Vamos con los resultados de los análisis de las dos partes:

Del trozo ensangrentado recortado durante la primera inspección ocular se extrajeron 9 muestras, algunas con sangre y otras sin ella. En las 5 muestras con sangre se encontró ADN de las víctimas, y también en 2 de las 4 muestras sin sangre. 

Posteriormente se remitió el resto de la manta, de la que se analizaron 12 muestras en las que no había manchas de sangre, pero que resaltaban a la luz forense (lo mismo que ha ocurrido ahora), lo que podría indicar rastros biológicos. De las 12 muestras, en 4 se halló ADN de las dos víctimas, y en una muestra tan solo ADN de la niña. En las otras 7 muestras no se encontró ADN.

Es decir, tenemos dos análisis diferentes, con un total de 21 muestras analizadas, con y sin sangre. Se encuentra ADN de las víctimas en 12 de las 21 muestras, y de nadie más. 

Por su parte, parece que la chaqueta pasó inadvertida a todos, incluso a la empresa contratada para hacer una limpieza integral del lugar del crimen, algo que, sinceramente, no acabo de entender. Sea como fuere, al cabo de 8 años un anónimo familiar de las víctimas dice haber encontrado esa prenda, y según se dice, está siendo analizada por la Guardia Civil. Poco más hay que decir sobre esto, creo que todo el mundo es consciente del problema con esa chaqueta.

Una vez analizadas por Criminalística, ambas partes de la manta fueron enviadas, por separado, al Juzgado de la Palma del Condado, y desde allí se remitieron a su vez, a finales de octubre de 2013, al Instituto Nacional de Toxicología. Primer paso por los juzgados de La Palma.

En Toxicología se sometió a la manta a un análisis en busca de pelos que pudieran ser significativos, pero no consta que se efectuarán ningún análisis en busca de rastros genéticos. El caso es que ambos elementos, el recorte ensangrentado y la manta fueron devueltos por Toxicología al Juzgado de La Palma una año después, a finales de octubre de 2014. Segundo paso por los juzgados.

Desde allí, en algún momento que desconocemos, se ha vuelto a enviar la manta al Instituto Nacional de Toxicología. También se desconoce, con una excepción, quien tuvo acceso a esas piezas de evidencia, tanto en la primera estancia en los juzgados como en la segunda. La excepción es que hay constancia documental de que se permitió al perito Juan Hellín y un ayudante que manipularan el trozo ensangrentado de manta para uno de sus curiosos experimentos. Y me temo que la única razón para documentar ese acceso de Hellín eran que dicho experimento iba a ser hecho público en un informe pericial.

Pero no sabemos el cuidado con el que se guardaron y custodiaron esa y otras piezas, y quienes tuvieron acceso a ellas durante todos estos años, sobre todo durante sus estancias en el juzgado de la Palma. Si los investigadores reconocieron durante el juicio que no se podía garantizar la cadena de custodia de las toallas, menos podrán hacerlo con las dos partes de la manta.

En este caso, si realmente existe esa enigmática influencia en ese lugar, es comprensible la esperanza que Juez, Fiscal y Acusación tienen en esa manta, ya que ha pasado por allí no una, sino dos veces, con lo que se doblaría la sobrenatural potencia actuante.

PREGUNTAS

Planteo una serie de preguntas, no con la esperanza de que sean contestadas, que no lo serán, sino para que quede constancia de que algunos llevamos mucho tiempo advirtiendo de lo que ocurre. Y que lo razonable seria tener respuesta a estas preguntas ANTES de conocer los resultados de los análisis.

Todos sabemos que si los resultados de los análisis apuntan hacia A, se publicarán urbi et orbi, y se interpretarán como evidencia de la implicación de A en los hechos. Pero:

1) Si los resultados no apuntan hacia A, ¿se darán a conocer públicamente, de forma inmediata, los resultados de los análisis, o se silenciarán durante meses o años? 

2) Si no aparecen rastros de A en los análisis, ¿se interpretarán por Juez y Fiscal dichos resultados como evidencia de su no implicación? ¿O los resultados solo serán considerados significativos en un caso, pero no en el otro?

3) Si aparecen rastros genéticos de persona o personas diferentes a A, ¿se considerarán dichos rastros evidencia de la participación de esas personas en el crimen? ¿O eso solo ocurrirá si los rastros son de una persona determinada?

4) Si aparecen esos hipotéticos rastros genéticos no identificados, ¿se  tratarán de identificar?

5) En caso de que sean identificados de forma automática, a partir de los datos que ya se tienen, ¿pasaran esas personas a ser sospechosas? ¿se los interrogará? ¿se investigará y preguntará en su entorno?

En resumen, la gran pregunta que hay que contestar previamente es, ¿sólo se considerarán significativos los resultados si apuntan en una dirección determinada? Porque claro, me temo que si los resultados apuntan hacia A, serán evidencia de su implicación, la custodia de las piezas habrá sido exquisita y habrá una relación directa e incontestable entre rastros genéticos e interpretación.

Pero si no aparecen rastros de A, bueno, eso no demostrará nada, ya se sabe…, era lo que había, no sé de que se sorprende nadie… Y si aparecen rastros de otras personas, pues es que ha pasado mucho tiempo, mucha gente ha manipulado las pruebas, el ADN puede haber llegado accidentalmente de diferentes forma, no merece la pena profundizar...

Me da la impresión de que esas pruebas de una sola dirección, de o gano o empato, no parecen muy propias de un sistema judicial del primer mundo. Pero claro, es solo mi modesta opinión.

Quedamos, pues, a la espera de los resultados, de si hay milagro, y de lo que tengan a bien informar. O no informar.


miércoles, 10 de febrero de 2021

El crimen de Almonte (XX): Operación salvar la cara

¿Qué será?


A primeros de abril de 2019 se le comunicó a la UCO un dato crucial que había sido pasado por alto por el equipo que había investigado el doble crimen de Almonte. Una de las heridas que catalogaron los forenses en su autopsia de Miguel Ángel Domínguez no se había producido durante el crimen, ya que tenía entre dos y cuatro días de antigüedad en el momento de fallecer este. Era una herida incisa en el hombro y brazo izquierdos, poco profunda, pero una herida, no un arañazo o una erosión, como las famosas heridas en forma de cruz en la espalda. De hecho, era la herida más larga de todas las que se le produjeron a la víctima, con nada menos que 16 centímetros de longitud. 

Es más, cuando los forenses describen la herida, y lo hacen dos veces y con detalle, ni siquiera insinúan que su mecanismo de producción pudiera ser distinto al de las otras heridas incisas. Puede parecer increíble que a un denominado equipo de élite le pase desapercibido un dato tan importante como este, pero es lo que ocurrió. Cada informe de autopsia son 100 páginas, y se hace muy aburrido estudiarlos al completo y con detenimiento, así que supongo que se limitaron a leer el resumen y saltar aquí y allá. Sea como fuere, es un hecho que no lo leyeron, o que lo hicieron de forma tan apresurada y descuidada que no comprendieron lo que leían.

Que una persona que ha sido asesinada con un cuchillo haya sufrido pocos días antes una herida igual o similar a las producidas con el arma del crimen debería haberse convertido en la principal línea de investigación, y que no ocurriera no puede calificarse de otro modo que como un error catastrófico, uno que, en mi opinión, pone en cuarentena toda la investigación llevada a cabo por el equipo de la UCO. Porque si pasaron por alto algo como esto, ¿qué más no habrán pasado por alto? ¿qué más informes habrán leído de forma descuidada? ¿cómo puede fiarse uno de lo que consideraran relevante o no relevante?

Francisco Javier Medina y su familia supieron de la existencia de este error catastrófico por parte de los investigadores, y estuvieron de acuerdo en guardar silencio para no estropear esa prometedora nueva pista. Tuvieron que aguantar que durante dos años se acusara y difamara a Medina poniendo como coartada lo brillantes y buenos que habían sido los investigadores de la UCO, pese a que sabían que habían pasado por alto un dato crítico. 

Se decía que la UCO esto y la UCO lo otro para seguir atacándolo, y él y su familia apretaron los dientes y guardaron silencio en vez de responder, porque consideraron que más importante que defenderse con la verdad era no estropear la pista que el nuevo equipo de la UCO podría estar siguiendo. Que quede bien claro, podrían haber respondido de forma contundente a los que no hacían más que dar coba y alabar a la UCO, pero no lo hicieron. Por responsabilidad.

No he leído el informe (eso es para los amigos), pero del reportaje de Cruz Morcillo parece desprenderse que el nuevo equipo de la UCO plantea que fueron ellos quienes encontraron ese dato al revisar las autopsias. Espero que no sea cierto, y que en su informe dejen claro que no fueron ellos, y que esa información les fue entregada por otros, porque sería bochornoso y sonrojante. Provoca vergüenza ajena tan solo plantearse la posibilidad de que investigadores del que sea probablemente el más importante grupo policial de España se dediquen a ponerse medallas que no les corresponden. Veremos.

Tratan, eso sí, de salvar la cara de sus compañeros, y rebajar la importancia de algo tan importante, y aunque reconocen que nadie sabe como se produjo dicha herida, aventuran que sería con un mueble. Claro.

Lamento que los lectores no puedan ver una fotografía de la herida, para que valoren si parece producida con un mueble. Me parece un patético intento de negar lo evidente: que a sus compañeros se les pasó por alto la principal pista del caso. No una importante o secundaria, no. La principal.

La existencia de dicha herida indica que es muy probable que entre dos y cuatro días antes de ser asesinado, Miguel Ángel sufriera una agresión con un arma similar, o incluso igual, a la utilizada para cometer los crímenes. Y el hecho de que nadie sepa nada de dicha herida indica que él no quería que se supiera. Además, esa agresión previa encajaría como un guante con otra evidencia hallada en la casa y que no es fácil interpretar de otra forma. Hay que decir que los nuevos investigadores nunca han mostrado el más mínimo interés en saber si quién les descubrió el error de sus compañeros tenía algo más que contarles. Cero interés. 

De paso, parecen decir que el nuevo equipo ha descubierto también el papel higiénico en la mano de Miguel Ángel, cuando sobre eso se escribió en este blog hace más de dos años, y se debatió en los comentarios. Si es cierto que se atribuyen esos descubrimientos, daría bastante pena. 

Por mucho que se empeñen y pongan a funcionar a sus terminales mediáticos y periodistas premiados, no van a conseguir tapar el error cometido. Sí, es posible que la herida se produjera con un mueble, o que fuera un gato, o un loro, o caminando por la calle, o que casualmente fuera agredido por otra persona no relacionada con el crimen, pero por favor, seamos intelectualmente honestos: Tres o cuatro días antes del crimen una herida de 16 centímetros, igual que otras...

Al parecer a los investigadores del equipo de la UCO les gustaba mucho decir eso de blanco y en botella. 

Pues eso.


domingo, 24 de mayo de 2020

Cuarto aniversario del blog

Al cumplirse 4 años ya desde que inicié el blog, voy a pasar una muy breve revista a los casos tratados y su situación actual. He querido aprovechar para tratar de satisfacer en parte la persistencia de un amigo que me bombardea con peticiones para que opine de tal o cual caso famoso. Pese a la falta de tiempo, he aceptado comentar de forma sucinta algunos de los que tengo más conocimiento. Con otros no me atrevo todavía.

Mis comentarios sobre esos casos famosos no están destinados a quienes apenas conozcan algo de ellos, porque se dan por sabidas muchas cosas, y los que se aproximen buscando algún resumen o introducción se pueden llevar una decepción. Es simplemente mi opinión lo que ofrezco. Lo siento, y lamento no poder dedicar más tiempo al blog,  pero a corto y medio plazo no hay posibilidad de más detalle, porque mis proyectos actuales (algunos saben lo que preparo, y otros creen saberlo) me consumen todo el tiempo.


CASOS TRATADOS EN EL BLOG


EL CRIMEN DE ALMONTE

Francisco Javier Medina y varios familiares han visto hasta ahora denegadas sus pretensiones para personarse en la causa como acusación popular, aunque es posible que el asunto no esté decidido todavía.  Los familiares de las víctimas, por su parte, depositan su confianza en un nuevo forense, Francisco Etxeberria, que pretende efectuar nuevas pruebas a varias piezas de evidencia. No se sabe nada acerca de la revisión que un nuevo equipo de la UCO iba a realizar sobre el caso, anunciada hace ya más de un año. Como todos los que están personados en la causa abierta en el Juzgado de la Palma tienen las mismas opiniones, pueden hacer pública la información que consideren oportuno, sin interferencias ni dar cuenta a nadie. No es posible saber si ese nuevo equipo de la UCO ha presentado algún informe y no se ha dado a conocer ese hecho, o es que no se ha presentado todavía ningún informe. Si finalmente se persona también la Asociación Clara Campoamor, estaremos ante una situación con todos los actores siguiendo la misma línea y sin oposición. Esperemos que esta chocante situación se arregle por quien corresponda.


EL ENIGMA DE LOS ALPES

No hay novedades dignas de mención, y la investigación parece congelada. El cambio de fiscal no parece haber aportado nada, y ni ese caso ni el del asesinato de Xavier Baligant han avanzado. No veo razón para modificar mis opiniones de entonces. Algunas noticias de prensa parecen indicar que los investigadores (que no la fiscal) han dejado de lado las hipótesis sobre que la familia británica o el ciclista francés fueran el objetivo y parecen inclinarse por algún psicópata sin relación con las víctimas. Un poco tarde, me parece, pero mejor tarde que nunca. Ha habido algunas conjeturas, bastante débiles, tratando de relacionar el asunto de los Alpes con un serial killer que cometió varios crímenes por la zona, y algunos periódicos británicos han propuesto su propio serial killer, basados en su caso en una montaña de conjeturas y ninguna evidencia.


ASESINATOS EN EL CONDADO DE KAUFMAN

Eric Williams ha visto rechazadas sus apelaciones, y apenas tiene ya esperanzas de cambiar a mejor su situación. La única novedad desde que escribí es la publicación de un libro sobre el caso : In Plain Sight: The Kaufman County Prosecutor Murders, de Kathryn Casey, que es excelente, y no es un elogio gratuito. Muy bien escrito, bien investigado y con muchos detalles, tiene casi toda la información que uno pude desear sobre estos hechos. Afirmo con satisfacción que puedo mantener todas las consideraciones importantes de mi propio escrito y casi todas las secundarias. La autora demuestra que mi conjetura sobre el destino del tercer monitor era correcta (Williams lo había robado), y comparte mi opinión de que los otros dos monitores iban a utilizarse muy probablemente para mejorar el funcionamiento del juzgado.

Muestra que el comportamiento de Williams era más inquietante y extraño de lo que yo había supuesto, y que durante varios años consiguió que se toleraran sus actos. Con estas informaciones es posible comprender la encrucijada en la que se encontraron los fiscales, y aunque mantengo que su comportamiento fue irregular y que excedieron sus atribuciones, podemos conocer por qué actuaron como actuaron.

Por poner algún pero al libro, se hace un análisis superficial de los errores de la investigación, con los que la autora es bastante indulgente. Pero repito, libro imprescindible para cualquiera interesado en el caso.

MISTERIO EN LA CAPITAL DEL BOURBON. LOS CRÍMENES DE BARDSTOWN

Los casos están completamente atascados, sin ningún avance significativo en ninguno de los importantes, aunque hay dos personas encarceladas por su implicación en uno de los crímenes que se trataron de pasada (el de Wayne Unseld). La única novedad significativa es que desde que yo escribí sobre el tema, los crímenes de Bardstown han llamado la atención a nivel nacional en EE.UU, con reportajes en prime time y varios documentales. Pero no hay aportaciones de interés, y el silencio y secretismo de los investigadores no ayuda.  Por último, también han vuelto a la actualidad algunos casos que traté y que estaban casi olvidados, como el de Lucinda Strange.


EL ASESINATO DE JILL DANDO

Nada nuevo, o más bien, nada nuevo de interés. Teorías basadas únicamente en suposiciones o incluso invenciones, y mucho ruido. Algunos programas de tv que no aportan gran cosa, y la constatación de que el caso está muerto, y que salvo milagro así se quedará. Un amigo me ha argumentado de forma bastante convincente que la hipótesis de que alguien que quería matar a Jill Dando estaba por allí y que por pura suerte apareció su objetivo, es la más probable. Más probable que la otra hipótesis que yo planteaba de un asesinato puramente al azar, y que Jill Dando fue una víctima casual. Me han convencido sus argumentos, y la otra hipótesis pasa a un segundo plano.

EL ÚLTIMO VIAJE DE TIMOTHY DAVISON

Finalmente, en el verano de 2019 se celebró el juicio por el asesinato de Timtohy Davison, y John Wayne Strawser fue declarado culpable y condenado a cadena perpetua. Apenas hay información sobre el desarrollo del juicio, así que no he podido aclarar las dudas que había cuando escribí sobre el caso. Seguiré intentándolo.




(MUY) BREVE OPINIÓN SOBRE ALGUNOS CASOS FAMOSOS



JONBENÉT RAMSEY

El asesinato de la pequeña reina de la belleza JonBenét Ramsey es uno de los casos más extraños y misteriosos de los que tengo noticia. Una extraña y larga nota de rescate que anunciaba a sus padres el secuestro de la niña, la inesperada aparición del cadáver en el sótano varias horas después de llegar la policía, los desconcertantes resultados de la autopsia, una serie de casualidades que desafían la razón .... Hubo enconada división de opiniones entre los detectives y fiscales asignados al caso, con unos afirmando que la evidencia indicaba que en la casa no había entrado ningún extraño, y que era un trabajo interno, y otros señalando lo contrario, que había evidencia que demostraba que un extraño había cometido el crimen.

En la casa, además de la pequeña, tan solo estaban su hermano Burke, de 10 años, y sus padres. Los que abogaban por el crimen interno sospechaban que la pequeña podía haber muerto, o resultado gravemente herida, por mano de unos de sus padres, o incluso por su hermano, y que uno o los dos padres se habían encargado de arreglarlo todo para que pareciera que la niña había sufrido abuso sexual. Además, se había escrito la nota de secuestro para despistar a los investigadores. La discusión entre las versiones se ha ido haciendo más y más agresiva con los años, particularmente por los partidarios de la culpabilidad de los Ramsey, que nunca han dejado de proponer hipótesis del motivo (accidente, abusos sexuales, celos, ...)

Los que estaban convencidos de que alguno de la familia era culpable nunca pudieron procesar a nadie, ni llevar el caso ante un tribunal, porque una cosa es hacer conjeturas y lanzar teorías sobre que tiene que ser un trabajo interno, y otro individualizar la acusación. Tenemos por un lado el crimen, y por otro el intento de enmascararlo (nota de rescate, simulación de abuso sexual l, ...), y para ese conjunto hay las siguientes opciones.

-Burke podría haber matado por accidente a su hermana, pero para enmascarar el crimen habría necesitado a su padre, o su madre, o los dos.

-El padre podría haber dado muerte a su hija, y enmascarado él mismo el crimen.

-La madre podría haber hecho también las dos cosas.

-Padre o madre podrían haber cometido el crimen y contado con la ayuda del cónyuge para enmascararlo.

Uno no puede llevar a juicio a alguien diciendo que podría haber ocurrido esto o aquello, hay que presentar evidencia e individualizar las acusaciones, y eso nunca se logró. 

Lo cierto es que hay evidencia que soporta la idea de que se trató de un crimen interno, pero también la hay, y no es poca, de que fue obra de alguien ajeno a la familia. Es un caso extraño, donde parece haber una especie de equilibrio entre la evidencia que señala en una dirección y en otra opuesta e incompatible con la primera. No me atrevo a tomar partido de forma definitiva, pero lo cierto es que me inclino por la inocencia de los Ramsey. Sería bastante largo de explicar, pero hay cosas que no tienen mucho sentido si se tratara de un trabajo interno.

Además, este es un de los mejores ejemplos de juego sucio por parte de los investigadores, que filtraban a la prensa tan solo lo que parecía incriminar a los padres, e incluso a veces simples embustes. Algo que se les reprochó a los Ramsey es que contaron con abogados casi desde el principio, algo que se consideró que no deberían hacer unos padres inocentes. Cuando un amigo abogado de los Ramsey fue a visitarlos y vio como se comportaban los investigadores y que iban a por ellos de forma evidente, decidió por su cuenta contratar abogados, algo que después acepto el padre. Me temo que de no haber estado asesorados desde pronto, podrían haber acabado en la cárcel, incluso siendo inocentes. 

Los detectives asignados al caso, que abogaban por la culpabilidad de algún Ramsey, sobre todo la madre, no tenían ninguna experiencia en homicidios, y para todos era su primer caso de este tipo. Cuando la fiscalía contrató a un detective retirado para revisar la investigación, se encontraron con que Lou Smit, con casi 200 investigaciones de homicidios en su carrera, se inclinaba claramente por la autoría de alguien ajeno a la familia.

El hecho es que casi un cuarto de siglo después el crimen sigue sin culpable.


AMANDA KNOX Y EL ASESINATO DE MEREDITH KERCHER


El caso del asesinato en Perugia de la estudiante británica Meredith Kercher es muy fácil. Tanto que lo que necesita explicación es la relevancia alcanzada, y no quien es el asesino. Amanda Knox y Rafaelle Sollecito son inocentes, y no puede haber ninguna duda razonable sobre ello. El único autor de crimen, un robo con escalo que acabó en violación y asesinato, fue sin duda Rudy Guede, y tan solo los intereses creados pueden explicar que Knox y Sollecito pasaran varios años en la cárcel y varios procesos hasta ser finalmente absueltos por el Tribunal Supremo de Italia.

Un juez peligroso e inquietante, y unos detectives tratando de esquivar el ridículo y mirando más por su prestigio que por la verdad, es todo lo que hizo falta para llevar a la cárcel a una pareja de jóvenes un poco tontatinas y frecuentemente emporrados. Lo sucedido se explica con facilidad, y es un ejemplo clarísimo de juicio apresurado. Los policías interpretaron dos elementos tras un vistazo superficial minutos tras el crimen, o incluso antes de ser descubierto este. Uno de esos elementos fue el comportamiento de Knox y Sollecito, que calificaron como extravagante y extraño, y que provocó que sospecharan inmediatamente de ellos. El otro elemento clave fue encontrar una piedra y un cristal roto en una habitación, que parecía indicar que alguien había roto la ventana desde el exterior y entrado por allí. Enseguida alguien se fijó en que algunos de los cristales estaban encima de ropa tirada por el suelo, y sin pensar mucho en ello ni analizar nada, se dedujo que eso indicaba que la piedra era una pista falsa, y que el cristal de la ventana se había roto tras tirar la ropa al suelo, lo que implicaba que la ventana se había roto tras la entrada, y no para entrar.

Tras un interrogatorio de varias horas, con decenas de agentes turnándose para agobiarla, una aturdida Amanda Knox firmaba una declaración en la que no se reconocía culpable, pero en la que decía no saber lo ocurrido, pero que tenía imágenes de ella, su novio Rafaelle Sollecito y su jefe en un bar donde trabajaba por horas, Patrick Lumumba, en la habitación de Kercher. Lumumba le había sido sugerido de forma recurrente por los investigadores. Cinco días después del crimen, Amanda Knox, Rafaelle Sollecito y Patrick Lumumba fueron enviados a prisión, y en una multitudinaria rueda de prensa, el juez y los investigadores declararon de forma solemne que el caso estaba resuelto, y además tenían hasta el motivo. El crimen había sido el resultado del intento de los tres asesinos de que Kercher participara en un juego sexual, y ante la negativa o resistencia de esta la habían asesinado. Se introdujo también el elemento satánico, con el que el juez Mignini estaba obsesionado. A preguntas de un periodista, que indicaba que todavía no habían llegado los resultados de los análisis de las abundantes evidencias halladas en la escena del crimen, el investigador jefe dijo que no era necesario para saber que el caso estaba resuelto. La rueda de prensa fue todo un espectáculo.

Y sin embargo, en unos pocos días todo se vino abajo. Por un lado, fueron apareciendo testigos que demostraban sin lugar a duda que Patrick Lumumba estuvo trabajando en su bar la tarde noche del crimen. Por otro lado, llegaron los resultados de laboratorio, y se habían encontrado huellas, ADN y otros rastros de un ladrón llamado Rudy Guede, que había conocido brevemente a los habitantes de la casa, y que el día siguiente del crimen se había marchado del país. Se pudo relacionar a Guede con otros robos similares al que indicaba la evidencia que había ocurrido en este caso, y parecía claro lo que había ocurrido. Este habría sido el momento en que los investigadores y el Juez deberían haber abandonado su hipótesis inicial y cambiarla por la que señalaba la evidencia, pero ya habían asegurado en público que el caso estaba resuelto, y para salvar los muebles, hicieron un truco de magia para no rectificar del todo. Simplemente, cambiaron a Rudy Guede por Patrick Lumumba, y dejaron su hipótesis intacta. Era Guede quien había participado en el juego sexual que se descontroló, y como no había testigos del paradero de Knox y Sollecito (estaban en el apartamento de este último) a la hora del crimen, concluyeron que eran culpables.

Para explicar que todo estuviera lleno de huellas y pisadas de Guede y no de Knox y Sollecito, el Juez aventuró que seguramente habían limpiado las huellas. Como si se pudiera limpiar la evidencia de forma selectiva, esto mío sí, esto de Guede no... Ese fue el nivel y a partir de ahí se buscaron "pruebas" contra ellos, traspasando todos los límites, e incluso incentivando a Guede para que indicase que los había visto en la casa, pese a que le había confesado a un amigo el crimen a los pocos días de cometido este.

Es uno de esos casos que nos recuerda que nunca se debe confiar de forma ciega en la autoridad. Esto ocurrió en un país rico bien entrado el siglo XXI, así que no hay que bajar la guardia. Notable también fue el linchamiento de Amanda en los medios y las redes sociales.

MAKING A MURDERER

Como le ocurrió a casi todo el mundo tras ver Making a Murderer, tuve la clara impresión de que Steven Avery y su primo Brendan Dassey habían sido condenados de forma injusta por el asesinato de Teresa Halbach. Sin embargo, también me pareció que la serie documental estaba claramente sesgada, y que tenía que haber algo más detrás de las condenas. Para intentar decidir sobre la inocencia o culpabilidad con los suficientes elementos de juicio, leí dos libros que abogaban claramente por la inocencia de Avery y Dassey, y otros dos que defendían la investigación y la condena. Con eso me hice una idea bastante aproximada del asunto, y creía poder dar una respuesta razonable y razonada, pero todavía tenía unas cuantas dudas respecto a ciertos extremos, porque los 4 libros hacían lo mismo que el documental, ocultar o deformar información que no encajaba en su tesis, y exagerar la que consideraban favorable. Para aclararlas tuve que acudir a las actas del juicio y buscar unos cuantos pedazos de información aquí y allá, hasta que finalmente conseguí resolver la mayoría de las dudas.

Consultada la evidencia disponible, ahora creo firmemente que Steven Avery asesinó a Teresa Halbach, y que es probable que Brendan Dassey participara en el crimen, aunque sobre esto tengo más dudas. El caso contra Dassey es mucho más débil, está basado en una serie de autoinculpaciones obtenidas de forma dudosa, sino irregular, y además, el abogado de Dassey, Len Kachinski, no solo no cumplió su deber, sino que colaboró con la acusación en contra de los intereses de su cliente. Fue tan evidente su mal comportamiento que el Juez lo acabó apartando del caso, y también debería haber anulado las confesiones de Dassey, un adolescente poco espabilado, por decirlo suavemente. Hay evidencia que indica que Dassey participó de alguna forma en los sucesos, pero me parece que no es posible averiguar su nivel de implicacion, si colaboró en la violación y asesinato, o simplemente ayudó a su tío a deshacerse de un problema.

En cuanto a Avery, tenía en su contra una montaña de pruebas, pero contaba a su favor que ya había sido condenado una vez de forma injusta. Buena parte, sino la mayoría, de los problemas que surgieron se debieron a que los agentes del condado de Manitowoc no se mantuvieron alejados de la investigación, y fueron protagonistas del hallazgo de algunas de las pruebas más controvertidas. El conjunto de pruebas que señalaba de forma directa e inequívoca hacia Steven Avery era impresionante, pero sus abogados consiguieron plantear una defensa potente, y no estuvieron lejos de lograr su objetivo de ganarse a algunos jurados.

De todos modos, una mirada en conjunto hace muy improbable, casi imposible, la hipótesis de que toda la evidencia fue plantada por agentes de policía para inculparlo, o peor todavía, plantada a medias por el o los asesinos y varios agentes de policía.  Y hay evidencia que se trató de pasada en el documental, o de forma sesgada, o que no fue tratada en absoluto. El patrón de llamadas de Steven Avery el día del crimen es muy inculpatorio, y difícil de explicar si es inocente. Y era un personaje mucho más inquietante y peligroso de lo que muestran el documental, y de lo que esos tristes ojos azules dan a entender.

Algo definitivo es la motivación, o más bien su falta, de los agentes acusados de plantar pruebas. El documental manipula y tergiversa la información para dar a entender lo contrario, pero lo cierto es que los agentes Colborn y Lenk eran simples testigos en la demanda de Avery contra el condado, y no tenían ningún interés personal en el tema. Y pese a lo que se dejaba caer en Making a Murderer, la aseguradora no se había negado a cubrir la responsabilidad civil del condado, tan solo la del antiguo Sheriff que ya estaba retirado. De hecho, fue la aseguradora la que pagó finalmente el importe del acuerdo. Ni Lenk ni Colborn, respetados y sin ninguna mancha en sus carreras, tenían motivos, así que ¿por qué iban a hacer algo que no solo podría suponer el final de sus carreras, sino fuertes penas de cárcel?


 Espero algún día tratar este caso con detalle, pero sirva mientras tanto mi opinión de que Steven Avery asesinó a Teresa Halbach, y que probablemente Brendan Dassey estuvo implicado de alguna forma, sin poder deducir más.


EL ASESINATO DE ISABEL CARRASCO

Es este un caso en el que no hay dudas sobre que Montserrat fue quien disparó contra Isabel Carrasco, pero sí se han planteado dudas sobre la participación, o al menos su grado, de las otras dos condenadas, Triana Martínez y Raquel Gago. Hay entre el público interesado, como hubo en el jurado, una cierta unanimidad en la culpabilidad de Triana, considerando que había planeado el crimen junto a su madre. Por contra, hay más dudas, las hubo en el jurado y las hay entre los observadores, del nivel de implicación de Raquel Gago. Tantas dudas que incluso el mismo presidente del Tribunal, tras el juicio, se atrevió a proponer en una entrevista una hipótesis en la que Raquel sería prácticamente inocente. 

Confieso que estoy ciertamente sorprendido, no tanto por la consideración sobre la implicación de una u otra como por la distinta forma de tratar a Triana y a Raquel. Y es que las dos fueron condenadas exclusivamente en base a que no tenían un relato alternativo creíble. Para explicar una serie de hechos que la acusación presentaba como incriminatorios y demostración de su implicación, ambas apelaron a una serie poco creíble de casualidades e improbabilidades, algo que no aceptaron los jurados de forma unánime en el caso de Triana, y por mayoría en el de Raquel.

Resulta notable, porque la casualidad que implica el relato de cada una, incluso cuando convergen, es bastante similar. Y sin embargo, hay algo en Raquel que, pese a la evidencia, parece provocar compasión. Dos de los 7 miembros del jurado que votaron porque era culpable, votaron también por la petición de indulto, algo que roza lo grotesco. Los hay que han intentado encontrar algún compromiso, una especie de es culpable, pero no tanto... Lo cierto es que ese compromiso no es posible. Si Raquel Gago participó en la planificación del crimen y sabía de antemano que se iba a producir este, es tan culpable como Triana. Si no sabía que el crimen se iba a producir, entonces es inocente de asesinato, y sería culpable tan solo de encubrimiento, e incluso en ese caso con dudas.

Su explicación, que trata de dar cuenta de una participación involuntaria e inocente en el crimen, resulta poco convincente, y es difícil de aceptar para casi todo el mundo. Algunos consideran su explicación y su comportamiento tan absurdos que afirman que eso precisamente podría significar que son ciertos, porque podría haber presentado unas cuantas explicaciones bastante mejores. Sí, como la que avanza el presidente del Tribunal. El problema es que Raquel no pudo ponerse de acuerdo con Montserrat y Triana para acordar una versión. Se quedó bloqueada, como afirma la defensa, pero porque no sabía qué hacer, ni lo que estarían contando, o no contando, sus cómplices.

En mi opinión su explicación para su presencia en el lugar y la forma de llegar la pistola a su coche no es creíble, pero es que además hay una pistola humeante (nunca mejor dicho), algo que me da la impresión de que le pasó desapercibido a todo el mundo. Si ella no sabía que se iba a cometer el crimen, si no tenía ningún papel asignado y estaba allí por casualidad, ¿cómo sabía Montserrat que ella (o alguien) tenía el revolver?

Una vez que Montserrat se deshizo del bolso, bien tirándolo en un garaje, bien entregándoselo a Triana, no tenía forma de saber su paradero, ni por tanto el del arma. Porque ya no tuvo la oportunidad de volver a hablar con su hija a solas, hasta que fueron reunidas en comisaría al día siguiente, y por tanto no podía saber lo que había hecho Triana con el bolso, ni a quien se lo había entregado... salvo que estuviera planificado con antelación. Al reunirse se produce la extraña escena en la que Montserrat le dice a los policías que no busquen la pistola en el río, que la tiene una persona, pero que no les puede decir quien es. En ese momento Triana le dice entre dientes que se calle, que compromete a esa persona, que además es policía. Montserrat no ha nombrado a nadie, pero no se podía referir a nadie más. La única forma de que Montserrat supiera que una tercera persona tenía el arma es que se hubiera planeado. Y por tanto, Raquel Gago tuvo que estar implicada en la planificación del crimen.

Es probable que lo que provoque cierta incredulidad es que no se encuentra ningún motivo. Ella no tenía nada directamente contra Carrasco, y parece ser que su relación con Triana era simplemente de amistad, y que no había ninguna relación sentimental entre ellas, como se llegó a suponer en algún momento. ¿Cómo se pudo ver implicada en ese crimen? ¿Cómo es posible que aceptara participar en algo así?

Yo sospecho que tiene una personalidad débil, y que comenzó a seguirles la corriente a Montserrat y Triana, aceptando participar, pero sin acabar de creerse que realmente acabaran cometiendo el crimen. Y que cuando se empezó a dar cuenta de que la cosa iba en serio, no supo reaccionar, y tan solo pidió no tener una participación directa. Creo que estaba previsto que ella no llegara a tocar nunca el bolso con el arma, y que podría haber quedado en que Triana, una vez hubiera dejado a su madre en casa, recogiera de nuevo el bolso, seguramente del aparcamiento del lugar donde Raquel tenía la clase de restauración. Habría dejado el coche abierto, y su participación habría sido marginal.

Tengo más dudas sobre el significado de su larga conversación con Julio, el vigilante. Es cierto que fue él quien se dirigió a ella, pero también que el motivo para la conversación se zanjaba rápido, y no daba para una animada conversación de 20 minutos. De haber querido ella, la habría acabado muy pronto, sin necesidad de ser grosera. Es posible que la alargara a propósito, precisamente para tener un testigo de que ella no había hecho nada, incluso de que a la hora del crimen no estaba en la pasarela. 

Porque se da por sentado que como las cosas ocurrieron de una forma, así tenían que ocurrir, pero esto es un error, y muy común en muchas investigaciones. El crimen podría haber tenido lugar sin testigos, o con testigos poco fiables. Tal vez lo más que se podría haber deducido inicialmente es que habría sido una mujer, por el tamaño (y puede que ni eso), pero si nadie le hubiera visto de cerca, incluida la cara, eso sería todo. Sin seguimiento, sin detención casi inmediata, es probable que el arma del crimen hubiera desaparecido para siempre. Seguramente hubieran llegado hasta Triana y su madre en no muchos días, pero las circunstancias serían totalmente distintas. 


O.J SIMPSON Y SUS FAMOSOS GUANTES

En el caso de O.J Simpson hay pocas dudas sobre la culpabilidad de la antigua estrella de la NFL, pero para que comprobemos que nunca, nunca, hay que dar nada por sentado, un detective privado llamado William Dear escribió un libro titulado O.J. Is Innocent and I Can Prove It (O.J es inocente y puedo probarlo). Tras muchos años de investigación y gastar una enorme cantidad de dinero, Dear llega a la conclusión de que el hijo mayor de Simpson, Jason, fue quien realmente asesinó a Nicole Brown y Ronald Goldman. y que O.J se involucró para ocultar la participación de su retoño.

Bueno, lo cierto es que Dear no consigue hacer lo que prometió, probar que O.J es inocente. El libro empieza muy bien, y presenta una serie de hechos demostrables para conseguir presentar una sospecha razonable sobre Jason, pero va perdiendo fuerza con las páginas, y el último tercio es bastante malo y confuso. Está mal escrito, se repite con frecuencia, deja tramas y pistas sin cerrar y nos muestra como el autor acosó a Jason a través de los años, incluso rebuscando en su basura... Aunque no logra su objetivo, sí que consigue demostrar que Jason Simpson podría haber sido considerado sospechoso, y que no lo fue porque los detectives se centraron desde el minuto uno en O.J. Lo cierto es que acertaron, porque fue O.J quien asesinó a Nicole y Goldman, pero podría no haber sido así, y se les podría haber escapado el asesino por no considerar nunca otros posibles sospechosos.

Aunque no es libro para iniciarse en el caso, yo considero que el mejor para entender por qué fue absuelto Simpson es Outrage: The Five Reasons Why O.J. Simpson Got Away with Murder, de Vincent Bugliosi. El autor, brillante y con un ego a la par, fue el fiscal que logró la condena de Charles Manson y su banda, y asegura que él habría conseguido fácilmente una condena contra O.J. Afirma Bugliosi que la mayor parte de la culpa no recae en el jurado, sino en los fiscales, que hicieron un trabajo bastante deficiente. Lo argumenta de forma convincente, aunque en ocasiones es un poco injusto ante la penosa situación sociopolítica y de conflicto racial que se encontró la acusación. Pero, y esto es clave, demuestra como Marcia Clark y Christopher Darden empeoraron en gran medida esa situación. Se aleja de otros autores, discutiendo que el dream team de la defensa lo fuera realmente, y señala varios errores que cometieron los abogados de Simpson y que no fueron aprovechados por la fiscalía.

Por último, voy a tratar  el asunto de los guantes de Simpson, que da título al blog, y lo haré desde un punto de vista que no se presenta habitualmente. Los hechos se han narrado de diversas formas, pero en esencia esto es lo que sucedió, y que pudo ser visto por millones de espectadores que seguían el juicio por tv. En un momento de la primera parte del juicio, el fiscal Christopher Darden solicitó que el acusado se pusiera un par de guantes ensangrentados que la acusación afirmaba eran de Simpson. Uno había sido hallado en la escena del crimen y el otro en el jardín de Simpson. Los abogados de este habían afirmado que el guante hallado en su propiedad había sido plantado allí para acusarlo, pero lo cierto es que podía ser una prueba importante.

Ni la defensa ni el juez se opusieron a que Simpson se pusiera los guantes, y todo el mundo pudo ver los esfuerzos que hacía O.J para intentar que le entraran. Daba la impresión de que eran de talla inferior a la de sus manos, y cuando finalmente se los puso, pareció que le estaban muy justos. Inicialmente no se le dio mucha importancia, e incluso Darden bromeaba mientras Simpson luchaba para ponerse los guantes sobre el teatro que estaba haciendo, en su opinión. Sin embargo, los abogados de la defensa consiguieron presentar el intento de Simpson como un éxito para su tesis, relacionándolo con su impugnación de las pruebas de la defensa. If It Doesn’t Fit, You Must Acquit, fue la pegadiza expresión (en la traducción pierde la rima, que es buena parte de su fuerza: Si no encaja, deben absolver) que se le ocurrió a Johnnie Cochran. Se relacionaba así el que según la defensa no encajaban las pruebas con la poderosa imagen de Simpson tratando de ponerse los guantes.

Al menos un comentarista (Dominick Dunne) le dijo a un amigo en el momento en que presenció el asunto de los guantes que Simpson había ganado el caso. Darden fue agriamente criticado, y cuando le preguntaron que por qué lo había hecho, respondió que le dio la impresión de que los guantes le iban a estar bien. Siempre se ha dicho, se le recriminó, que un abogado nunca debe hacer una prueba de ese tipo si no sabe el resultado. Después se buscaron explicaciones para los problemas de Simpson a la hora de ponerse los guantes: Habían encogido a causa de la sangre, las manos de O.J estaban hinchadas porque había dejado una medicación que estaba tomando, llevaba unos guantes finos cuando hizo el intento... Es posible que alguno o todos esos motivos influyeran, pero lo más probable es que Simpson hiciera bastante teatro, como argumentaré al final. Pero la clave del éxito de la defenssa está en la psicología de los jurados, y en como perciben una prueba de este tipo dependiendo de quién la solicita.

Los abogados de Simpson llevaban un rato haciendo comentarios sobre los guantes, intentando que fuera Darden quien solicitara la prueba, y este picó y cometió un gravísimo error. ¿Por qué?. Porque si hubiera sido un abogado de Simpson quien hubiese solicitado que se pusiera los guantes, los jurados habrían dado por hecho que Simpson estaba haciendo teatro, o habrían tenido esa suposición en cuenta, y nunca se habría considerado una victoria de la defensa ni una derrota de la acusación. Sin embargo, el que fuera Darden quien solicitó la prueba, y que no saliera como esperaba, sí se consideró una derrota de la acusación y una victoria de la defensa. 

Darden no tuvo en cuenta algo básico, y se dejó llevar por el momento (solicitó que Simpson se pusiera los guantes sin consultarlo con la fiscal principal, Marcia Clark), sin reparar en que no tenía apenas nada que ganar con la prueba, y sí mucho que perder. Si los guantes le hubieran encajado bien a Simpson, no habría significado gran cosa, porque era una talla que compartían millones de personas. Y si no encajaban, como millones de personas parecían haber visto, sería una fuerte prueba en contra y un fracaso para la acusación. La defensa, por su parte, para multiplicar el efecto psicológico del acto necesitaba que la prueba la solicitara la acusación, y lo consiguió.

Finalmente, ¿por qué no le entraron bien los guantes a Simpson? Pese a todas las conjeturas posteriores, la hipótesis más probable es la más sencilla, porque estaba haciendo teatro. Es muy fácil simular que se tienen problemas para ponerse unos guantes, y hay una escena que pasó desapercibida tras el impacto de lo que se acababa de presenciar. Tras mostrar las palmas al público, y cuando todos están comentando lo ocurrido, Simpson da por terminado el experimento y se quita un guante con una facilidad asombrosa. Esto habría sido imposible si de verdad el guante le hubiera entrado con gran dificultad, y basta para probar que todo, o casi todo, se debió al O.J actor.

Vean los últimos segundos del VÍDEO.

jueves, 2 de enero de 2020

El crimen de Almonte (XIX): De cuchillos, análisis y rigor.

Hago un alto en mi retiro cuasi monástico para comentar algunos temas que están de actualidad. Si no hay novedades mayúsculas, es posible que antes del verano publique otra entrada en el blog, con el resumen de lo que va aconteciendo.


El cuchillo

El asunto del cuchillo se va deslizando progresivamente de lo extravagante a lo grotesco. Todavía nadie ha presentado ni un átomo de evidencia que ligue ese elemento con el crimen, salvo que los muy particulares deseos e intereses de un ciudadano se hayan convertido de repente en fuente de evidencia.  

Me gustaría que en algún momento se ofreciera alguna información o se dieran explicaciones acerca de la génesis de este asunto, la razón por la que se considera que este cuchillo es más relevante que los otros cuchillos que han ido apareciendo, y por qué llevamos más de un año con este tema. Y si no se ofrecen, espero que alguien capacitado las solicite. El tema estuvo más que claro desde el principio, como ya indicó Caraballo en su momento. 

El impulsor de esta opereta parece tener cada vez menos resistencia a la frustración, y convierte en un drama insufrible cualquier revés, alborotando a sus seguidores y atacando e insultado a los que no hacen lo que el quiere. Amenaza, como si realmente dirigiera el proceso, con llamar a declarar por perjurio a los que no declaran lo que él desea, y no duda en calumniar y difamar a personas honradas, algo que tampoco resulta novedoso. Cada vez ve más y más cómplices en lo que ya parece una monstruosa conspiración, cuando lo cierto es que ya solo le hacen caso sus más fieles, y tan solo por una cuestión emocional, porque racionalmente solo se observa un erial. También sospecho que hay otros que se pliegan a casi todas sus pretensiones por el simple miedo de que se vuelva contra ellos si no lo hacen.

La cuestión es que, más allá de los deseos e intereses de unos y otros, los técnicos de la Guardia Civil ya respondieron hace muchos meses a la pregunta clave, y lo hicieron en el sentido que era evidente para cualquiera con algún conocimiento del caso: ese cuchillo no puede ser el arma del crimen que describieron los forenses, ya que su anchura es incompatible con algunas de las heridas. Es el mismo caso que el cuchillo hallado bajo un mueble en el escenario del crimen, que era demasiado ancho.

Ese debió ser el final, pero por la razón que sea la Juez decidió seguir adelante con el tema, llamando a declarar a unos y otros, no se sabe bien por qué o para qué. Acerca de la Juez, nos cuentan desde la prensa con acceso a información: En este sentido, pide que se recabe informe al Instituto de Medicina Legal (IML) con objeto de que los forenses que practicaron las autopsias de las víctimas determinen la compatibilidad entre el cuchillo hallado y las lesiones de los fallecidos.

Si esta solicitud es cierta, es poco decir que resulta sorprendente. A ver, ese cuchillo no puede ser el que produjo algunas de las heridas, y por tanto es imposible que sea el arma utilizada si tan solo un cuchillo intervino en los crímenes, como plantearon como hipótesis más probable los forenses al no encontrar indicios de la utilización de más armas. 

Ahora bien, hay decenas de lesiones en las que no es posible determinar el instrumento utilizado, porque el tipo (contusiones, erosiones) puede señalar hacia objetos no punzantes, o bien porque hay cortes minúsculos o heridas muy poco profundas, donde siendo muy probable la utilización de un arma blanca, resulta imposible determinar su forma, longitud y anchura.

En ese contexto resulta muy fácil responder a las preocupaciones de la Juez: NO se puede descartar que el cuchillo aparecido en la alcantarilla tuviese alguna participación en el crimen. Ni se puede descartar la implicación de ese cuchillo, hay que añadir, ni la de otros muchos millones de cuchillos, navajas, porras, rodillos de cocina o cualquier otro objeto contundente (para las contusiones), cortante o punzante. 

No sé si hace falta explicarlo más. Como prácticamente cualquier cuchillo es compatible con la producción de algunas de las lesiones, no se puede descartar ninguno. Ni ese en concreto ni los cuchillos que puedan tener en sus cocinas ciudadanos de Moscú, Denver o Buenos Aires.


Cualquiera de estos pudo intervenir, tampoco se pueden descartar

Lo esencial es si existe alguna evidencia, por pequeña que sea, de que ese cuchillo, o cualquier otro, intervino de alguna forma en el crimen. La respuesta, hasta donde sabemos, es que no. Nada indica que ese cuchillo pudo haber intervenido en el crimen de forma alguna. Llevamos un año (¡un año!) con una causa abierta porque según parece un señor se ha empeñado en que ese elemento es importante, pese a que ni el ni nadie ha presentado evidencia en ese sentido. Quedamos a la espera de que alguien lo haga en algún momento, y si hay otra razón que desconocemos para mantener vivo este tema (¡un año!) se informe de ello, para tranquilidad de todos.


Los análisis deben ser rigurosos, no ocurrencias de última hora

Más serio es el asunto principal. Si algunos dudaban de la necesidad de que Medina y su familia intervengan en la causa, los últimos acontecimientos los habrán convencido de la imperiosa necesidad de que se acepte la personación como acusación popular. Después de criticar durante años la intervención de peritos de parte (los de los otros, claro, no los suyos), ahora los hay que pretenden que se entreguen a perito de parte elementos muy importantes, para que se los someta a procedimientos dudosos, que probablemente destruirán la evidencia o la alterarán de forma irreversible.

Da la impresión de que la respuesta del Instituto Nacional de Toxicología respecto al análisis de la manta y el vestido no es el que la Juez, el Fiscal y la acusación esperaban, así que pese a solicitar durante años que se les diese credibilidad absoluta, ahora parece que su criterio ya no cuenta. Resulta sorprendente que los que ahora se disponen a autorizar esos análisis no los solicitaran en 2014, 2015, 2016, 2017. Más aún, si son importantes, ¿por qué no se han pedido durante todos los meses que lleva abierta la nueva causa y han tenido que esperar a que se solicite por la acusación?

Por lo que parece, ahora se quieren analizar las prendas de forma integral. Si no entiendo mal, lo que se pretende no es un análisis habitual, por trozos, digamos, sino de cada prenda en su totalidad. Esto es posible, y mucho más barato, pero desde un punto de vista científico y en vistas al análisis de los resultados, es más que dudoso por varias razones. Por ejemplo, de aparecer algún rastro genético, se perdería toda la información sobre el lugar del vestido o manta donde habría estado dicho perfil genético.

Además, visto el poco cuidado a la hora de preservar la evidencia (ver la toalla tirada en el suelo, o como se manipularon las toallas durante el juicio, o el hecho de que el vestido ya estuviera plagado de hongos en 2014), no sería de extrañar que dichos elementos hayan sido contaminados. En tal caso, el tipo de análisis que se está planteando podría dar lugar a la aparición de una compleja y amplia mezcla de varios perfiles genéticos y podría dificultar o imposibilitar la correcta identificación de perfiles individuales, ahogando un perfil significativo entre un aluvión de varios rastros genéticos procedentes de la contaminación.

Las pruebas científicas, o se efectúan con rigor y por los organismos adecuados o no se hacen. Si se van a realizar pruebas sobre el vestido y la manta, deben hacerse por el Instituto Nacional de Toxicología, y de acuerdo con los protocolos establecidos, no una extravagancia realizada por parte interesada, por razones económicas o del tipo que sea. Sobre todo si, como parece, esos análisis imposibilitarían otros posteriores realizados por organismos pertinentes.

A nadie se le escapa el implícito anhelo de todos los que participan en este asunto, que no es otro que la posible aparición de ADN de Medina en esas prendas. Bueno, teniendo en cuenta que no ha aparecido en los primeros análisis, resultaría bastante extraño que apareciera ahora, como, por cierto, parece decir el Instituto Nacional de Toxicología. Ya ocurrió una vez y no llamó mucho la atención. Dudo que nuevamente pasara desapercibido lo extraño y anómalo del asunto si ocurriera en una segunda ocasión. Aparte de su intrascendencia procesal, sería una ocasión excelente para que se revisara TODA la evidencia genética de este caso por órgano o persona competente, algo que nunca se ha hecho. 

Nota: Tanto el Fiscal, que en estos años parece haberse convertido en un experto en ADN, como el perito Francisco Etxeberria, podrían comenzar por explicar lo que lleva 5 años sin explicarse: La discrepancia entre los resultados de los análisis de las toallas entre el Laboratorio de la GC y el Instituto Nacional de Toxicología. Vamos a verlo.


Además de lo ya comentado, hay una serie de razones que desaconsejan que se entregue esa evidencia a perito de parte para su analítica:


1) No se debe entregar evidencia que se considera importante a una parte cuando todavía no se sabe quien cometió los crímenes, ni hay sospechosos ni imputados. Sería imprudente en grado sumo, e incluso la más relajada cautela aconseja que hasta que haya un investigado, al menos, todas las piezas de evidencia que puedan ser consideradas importantes sean analizadas y custodiadas por organismos y laboratorios no partidistas. Esto debería ser más que evidente.

2)  La alteración o destrucción de esas pruebas supondría un daño irreversible, e impediría otros análisis correctos y adecuados que pudieran ordenar en el futuro otro Juez o Fiscal que pudieran entender de este caso. Podría comprometer la investigación y un futuro encausamiento de forma definitiva

3) Al ser un análisis realizado por perito de parte, sus pagadores pueden suspender, obstaculizar, detener o finalizar inconclusa la pericia en cualquier momento, y nada garantiza que no lo vayan a hacer si alguna información o avance les hace llegar resultados que no les gustan, o que no van en la dirección que ellos pretenden.

Algo parecido ya ha sucedido, cuando al comprobar que el informe de Frontela apuntaba en una dirección que no era del gusto de la acusación, se dejó de colaborar con él y de proporcionarle información, finalizando el perito de forma brusca su informe sin llegar a terminarlo de forma adecuada. La acusación se guardó dicho informe y no lo entregó al Juzgado hasta que fue requerido por la defensa, varios  meses después, pudiendo plantearse como una hipótesis bastante verosímil que nunca lo habrían hecho por voluntad propia de no haberse preguntado por el. O sea, que  hay precedentes en este mismo caso de un inadecuada y dudosa utilización de los peritajes privados por la misma parte que solicita este.

4) Si se practican análisis que se alejan de los procedimientos habituales y que suponen la alteración o incluso la destrucción de la evidencia, los resultados podrían ser impugnados por la defensa de un futuro investigado. Supongamos que aparece el ADN de una persona, y que pasa a convertirse en sospechosa al no encontrarse explicación para dicho hallazgo. El hecho de realizar análisis alejándose de los protocolos establecidos podría suponer la anulación de los resultados y la imposibilidad de acusar al autor de los hechos. Además, la imposibilidad de repetir análisis o realizar unos nuevos por peritos de la defensa podría llevar también a la alegación de indefensión.


Si se considera que se deben analizar el vestido y la manta, debe hacerlo el Instituto Nacional de Toxicología (aunque de momento no parecen muy convencidos), y de acuerdo con el procedimiento habitual y estandarizado. Lo demás son atajos que poco favorecen la búsqueda de la verdad, que se supone que es de lo que va todo esto. Espero que alguien frene este dislate si se pretende seguir adelante.

El hecho es que tras muchos meses de abulia les ha entrado a todos un furor investigador digno de estudio, coincidiendo (de nuevo de forma casual, parece ser) con la pretensión de Medina y su familia de presentarse como acusación popular para impulsar la investigación.

Dicha pretensión fue denegada por la Juez y está en espera de ser resuelto el recurso ante tal denegación. Las consideraciones de Fiscal y Juez ante la pretensión de personación habrán convencido a los últimos escépticos sobre la posición real de cada uno. 

En mi opinión, Juez y Fiscal debieron apartarse de la causa de forma voluntaria. Es cierto que no tenían obligación de hacerlo, pero la más elemental prudencia indicaba ese camino. ¿No confían en que otro Juez y otro Fiscal puedan gestionar este asunto de forma correcta? Yo creo que es hora de que órganos superiores intervengan y reconduzcan una situación insostenible.

Por cierto, no se nos ha informado de si la UCO ha presentado ya el informe sobre su revisión del caso, como les solicitó la Juez hace ya tiempo. Veremos lo que sale de ahí, si sale algo. Medina y su familia, con una paciencia a toda prueba, parecen seguir los lentos y tortuosos trámites legales. Con una educación exquisita, añado, pese a las intolerables consideraciones que se han hecho sobre sus intenciones y los insultos y ataques de los que son objeto.

Ahora se acepta como acusación popular a la Clara Campoamor... En el tema de la fianza que se le ha puesto a dicha asociación, algunos ya saben lo que opino. Veremos lo que me equivoco. 

Y así, entre demandas absurdas por supuestas e imaginarias acusaciones, y la necesidad imperiosa de mantener en tensión a sus adictos con novedades semanales, van pasando los meses. Algunos medios parecen querer contarnos hasta el vuelo de las moscas que entran y salen del juzgado, pretendiendo que son noticiables lo que no son más que asuntos triviales y sin ningún interés. 

Para terminar, se estrena en España la película Richard Jewell, en la que se nos describe  bien lo que puede ocurrir cuando investigadores imprudentes y periodistas sin escrúpulos se alían para ir a por alguien. Todo el mundo debería verla.